Hoy, justo al salir de portal camino al estanco para comprar sobres, me he encontrado tirado en el suelo...¡¡un billete de 5 euros!! Por unos instantes sientes una alegría desbordante, como si gracias a ese billete tu vida fuera a solucionarse y pudieras comprarte al fin un coche y un chalet con parrilla.
Ahora llegaba el siguiente paso...el de agacharse dismuladamente para recogerlo, con estilo, como el que no quiere la cosa, como el que coge un folleto del Mediamarkt del suelo... (No sé si para que nadie sea más rápido que tú en la captura, porque en realidad tenemos miedo de que el dueño ande por ahí cerca y sea consciente de la pérdida o lo que es peor, que alguien que realmente no es el dueño nos vea y los reclame afirmando que sí que lo es).
Y finalmente el último paso antes de meterlo con disimulo en el bolsillo del pantalón, el de caminar un rato con el billete bien agarrado y arrugado en la mano, como si en realidad no hubiese cogido nada del suelo, con ese nerviosismo en el estómago solamente comparable con el robo en el mismísimo Banco de España!
Y es que es cierto que desde aquel Martes de hace ya algunos meses, en el que no quería salir pero un impulso extraño me animó a hacerlo y encontré mi amuleto de la buena suerte, tanto mi vida como mi suerte han dado un giro de 180º, por supuesto para mejor.
Aprobé el carnet de conducir a la primera, aprobé el dichoso examen de bolos, aprobé la dichosa asignatura de Nicasio, acabé la carrera, terminé todos los cursos pendientes, tuve una sobrinita preciosa...y lo que es mejor, desde entonces tengo la suerte de sonreir a diario y de ver cumplido mi mayor deseo, el que siempre pido...ser féliz.
Ahora llegaba el siguiente paso...el de agacharse dismuladamente para recogerlo, con estilo, como el que no quiere la cosa, como el que coge un folleto del Mediamarkt del suelo... (No sé si para que nadie sea más rápido que tú en la captura, porque en realidad tenemos miedo de que el dueño ande por ahí cerca y sea consciente de la pérdida o lo que es peor, que alguien que realmente no es el dueño nos vea y los reclame afirmando que sí que lo es).
Y finalmente el último paso antes de meterlo con disimulo en el bolsillo del pantalón, el de caminar un rato con el billete bien agarrado y arrugado en la mano, como si en realidad no hubiese cogido nada del suelo, con ese nerviosismo en el estómago solamente comparable con el robo en el mismísimo Banco de España!
Y es que es cierto que desde aquel Martes de hace ya algunos meses, en el que no quería salir pero un impulso extraño me animó a hacerlo y encontré mi amuleto de la buena suerte, tanto mi vida como mi suerte han dado un giro de 180º, por supuesto para mejor.
Aprobé el carnet de conducir a la primera, aprobé el dichoso examen de bolos, aprobé la dichosa asignatura de Nicasio, acabé la carrera, terminé todos los cursos pendientes, tuve una sobrinita preciosa...y lo que es mejor, desde entonces tengo la suerte de sonreir a diario y de ver cumplido mi mayor deseo, el que siempre pido...ser féliz.
Pd. De esas canciones que aunque conoces...nunca había sentido la necesidad de pensar en su letra, nunca, hasta ahora...
Pd. ¿Te suena la foto? ;)
1 comentario:
Cuando a uno le ocurren cosas buenas, suele llamarlo suerte. Hay quien piensa también que la suerte no es más que la confirmación, precisamente, de esa probabilidad de que te ocurran cosas buenas que te alegren la vida.
Cuando esa suerte es mutua, le llaman coincidencia. Fíjate pues que coincidencia: a los dos nos sonríe la suerte desde aquel martes. Somos afortunados.
PD: "No galilea"...que fortuna la nuestra!!.
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