jueves, mayo 22, 2008

Canción con sabor a pincho de pollo



Recuerdo perfectamente la primera vez que escuché esta canción...Fue en el "Café Gijón" , la cafetería que marcó toda nuestra etapa de Instituto.

No se trataba de una cafetería cualquiera, se trataba de "nuestra" cafetería, nuestro lugar diario de reunión y de visita obligada después de comer.
El lugar de los primeros pires entre clase y clase, de los repasos de última hora antes de un exámen, de los pinchos de pollo lechuga y mayonesa, de los cafés con leche baylis y hielo, de las partidas al mus, al "culo", al mentirosos, de las risas, cotilleos, inquietudes y demás historias adolescentes...No importaba la hora que fuera, si te aburrías y acudías allí, siempre había alguien conocido con quien sentarte y pasar el tiempo.

Qué será de Alberto y Geli, aquellos camareros que acabaron conociendo la vida y milagros de cada uno de nosotros...Y de la cocinera, aquella pobre señora mayor con cara de bruja buena que hacía unos pinchos de tortilla de muerte, aunque para disfrutarlos todavía más, era aconsejable no mirar los azulejos del interior de la cocina.

La cafetería sigue existiendo, más bonita después de una gran reforma, pero sin la gracia que tenía en aquellos tiempos...Los dueños, ya no son los mismos, y la gente, dejó de acudir una vez comenzaron la Universidad.

A pesar de todo, queda el recuerdo de todos aquellos años estupendos y aquellas maravillosas horas que pasamos algún día en su interior...

Ring, ring.
- Hola, vamos al Gijón?
- Ok, te pico en 5 min.

Cuando las conversaciones telefónicas duraban sólamente 2 segundos, y se completaban con largas horas cara a cara con un café de por medio y una cristalera a la calle...

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