Cada cierto tiempo, me concedo una entrevista conmigo misma. Normalmente, en el mismo lugar y a la misma hora: la cama de mi cuarto bien entrada la noche.
El objetivo no es otro que el de reflexionar con mis ideas. Pienso en lo que hecho, lo que no he hecho, en lo que tendría que haber hecho, en lo que estoy haciendo, en lo que tiene sentido, en lo que no, en lo que me ha hecho daño, en lo que podría hacérmelo, en mis errores, mis aciertos, mis deseos, mis objetivos...
Como en la imagen de arriba, intento centrarme, pensar en lo importante y deshacerme de los pensamientos sin sentido o poco factibles que revolotean en mi interior. Como el que hace limpieza a fondo en su casa una vez al mes...valoro con la cabeza todo lo que incoscientemente había valorado únicamente con el corazón...y voy descartando.
Antiguamente, me dejaba llevar por lo que sentía justo en el momento...Pero creo que he llegado a una etapa en que las cosas...hay que replanteárselas más de una vez...y de dos. ¿Estaré envejeciendo? ¿O será un mecanismo de autodefensa para no volver a caer en los mismos errores cometidos?
Creo que ya es hora de calmar a esta cabeza loca, elegir teniendo en cuenta lo vivido y dejar de experimentar y aprender única y exclusivamente por ensayo-error. Y a modo de sermón maternal me auto-riño, auto-aconsejo y auto-animo: - Maríiia,¡¡Que te estás embalando,echa el freno madaleno! - María, ya has hecho bastante el fantasma - María a veces hay que hacer las cosas aunque no apetezca... - María, te necesitan. - María, ya llegarán tiempos mejores... - María, algún día se cumplirán tus ilusiones..algún día.
A la mañana siguiente, cuando te levantas, lo ves todo más fácil, más claro, pero...más aburrido. Y te repites a ti misma una y otra vez...algún día...algún día...
El objetivo no es otro que el de reflexionar con mis ideas. Pienso en lo que hecho, lo que no he hecho, en lo que tendría que haber hecho, en lo que estoy haciendo, en lo que tiene sentido, en lo que no, en lo que me ha hecho daño, en lo que podría hacérmelo, en mis errores, mis aciertos, mis deseos, mis objetivos...
Como en la imagen de arriba, intento centrarme, pensar en lo importante y deshacerme de los pensamientos sin sentido o poco factibles que revolotean en mi interior. Como el que hace limpieza a fondo en su casa una vez al mes...valoro con la cabeza todo lo que incoscientemente había valorado únicamente con el corazón...y voy descartando.
Antiguamente, me dejaba llevar por lo que sentía justo en el momento...Pero creo que he llegado a una etapa en que las cosas...hay que replanteárselas más de una vez...y de dos. ¿Estaré envejeciendo? ¿O será un mecanismo de autodefensa para no volver a caer en los mismos errores cometidos?
Creo que ya es hora de calmar a esta cabeza loca, elegir teniendo en cuenta lo vivido y dejar de experimentar y aprender única y exclusivamente por ensayo-error. Y a modo de sermón maternal me auto-riño, auto-aconsejo y auto-animo: - Maríiia,¡¡Que te estás embalando,echa el freno madaleno! - María, ya has hecho bastante el fantasma - María a veces hay que hacer las cosas aunque no apetezca... - María, te necesitan. - María, ya llegarán tiempos mejores... - María, algún día se cumplirán tus ilusiones..algún día.
A la mañana siguiente, cuando te levantas, lo ves todo más fácil, más claro, pero...más aburrido. Y te repites a ti misma una y otra vez...algún día...algún día...
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