sábado, abril 05, 2008

Hoy he vuelto al Ikea


Hoy, después de mucho tiempo...he vuelto a visitar Ikea. Me molesta reconocer que ha conseguido hacerme sentir rara durante todo el tiempo que han durado las compras. Demasiados recuerdos absurdos que ya poco o nada importan. Quizá algo inevitable...no había vuelto desde entonces.

Hay algo que no ha cambiado...y es mi manía de coger un par de lápices a la entrada. Hace sentirme como una niña que roba sus primeros caramelos. Sé que son gratis, pero también sé que lo correcto sería coger tan sólo uno. (Suele consolarme ver que el de atrás mío también hace lo mismo que yo...)

Hoy no ha sido lo mismo recorrer el camino de flechas marcadas en el suelo...mi vista, de manera inconsciente se perdía entre las parejas que ilusionadas, discutían sobre qué artilugio les venía mejor para ahorrar espacio en su piso recién comprado. Era curiosos ver como el 80% de todo lo que miraban yo ya lo había comprado en algún momento de mi pasado...quizá con la misma ilusión que ellos, quizá más.

Cada objeto reconocido entre los estantes, hacía que un flash de momentos vividos viniera a mi mente: cuando discutíamos si lo comprábamos o no, cuando al llegar a casa corríamos a montarlo entre los dos, cuando una vez montado nos dábamos cuenta de que aquello no era lo que parecía...A pesar de todo, allí se quedaba y terminábamos por darle uso. Tampoco podíamos permitirnos muchos lujos.

Apuesto a que aún no has conseguido encontrar sitio para ese reloj enorme que te empeñaste en comprar...

Hoy, sin darme cuenta, tenía entre mis manos un aparato para colgar las bicis en la pared...-Esto venía bien para ponerlo el trastero- pensaba en voz baja...Qué estupida! se me olvidaba que aquí no tengo trastero...ni siquiera bici!, ibas a regalármela tú al mes siguiente...Volví a dejarlo en su sitio y continué con las compras.

Cuando la bolsa amarilla no fue suficiente, fui a por a por uno de los carros...Tampoco se me ha quitado la manía de impulsarme y subir los pies para que el carro me lleve. No sé lo que pensará la gente al verme...pero a mí me hace gracia. Tenías razón cuando me decías que en el fondo era como una niña... :)

Entre unas cosas y otras, conseguí llenar el carro. No eran cosas para decorar un piso vacío, pero sí mil tonterías para decorar mi habitación...en casa de mis padres.

Sabes? Hoy he roto con una de mis tradiciones, la de comprar la bolsa azul de patatas fritas a la salida. Era más emocionante comérsela en el trayecto de camino a León...

En la caja, una pareja delante de mí discutía y ella estaba a punto de llorar. Suspiré...sonreí...y pensé...¡¡Pero qué bien me va a quedar este nórdico en la casa de mis padres!!

- Beldi-

No hay comentarios: